Durante su estancia en Puerto Rico, además de aprender español, la joven Gloria mostró su talento y pasión por las artes escénicas. Participó en diversas actividades escolares (escuela pública) y destacó como actriz en obras de teatro y en una opereta cuando apenas tenía 13 años de edad. También descubrió su amor por la música y la opera, y decidió que quería convertirse en una cantante de opera.
Si bien la futura estrella de Hollywood regresó a Chicago junto a su madre cuando tenía 15 años, la experiencia en Puerto Rico dejó un impresión duradera en su vida y pudo haber influido en su posterior carrera artística. Aunque luego se convirtió en una exitosa actriz de cine, siempre recordó sus años en Puerto Rico y el impacto que tuvieron en su desarrollo personal y artístico.
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