"Virgen" 2014 |
"Piensa Rosa",43x36 |
La obra pictórica de Ancandez (Antonio Carlos Hernández, 1983) es de difícil clasificación, ya que se encuentra en una posición de transición entre el arte pop y el arte urbano. Podríamos decir que es una obra de síntesis, lo que le otorga un carácter singular y único. El arte pop surgió como una reacción a la sobriedad e intelectualismo del expresionismo abstracto, siendo fundado en los años cincuenta por artistas norteamericanos como Jasper Johns, Robert Rauschenberg, Roy Lichtenstein, Tom Wasselman y Andy Warhol. Este grupo de artistas se propuso llevar imágenes que eran comúnmente utilizadas exclusivamente en publicidad y arte comercial a los museos y galerías, trasladando así lo público al ámbito de la intimidad. Esto contrasta con lo que hacen actualmente los creadores del arte urbano, quienes exhiben lo más íntimo, rebelde y subversivo en las paredes de nuestras ciudades.
La imaginería de Ancadez, especialmente su serie dedicada a los labios femeninos, tiene un gran potencial comercial, ya que sus imágenes son fácilmente transferibles y comprensibles a través del marketing, incluso para un público no muy familiarizado con la historia del arte. Además, este artista se beneficia del creciente interés a nivel mundial por el arte urbano y sus derivados, los cuales han ido ganando terreno en el mercado (como se evidenció en un reciente suceso como "La Moda Britto"). Basta con observar los altos precios alcanzados en subastas por artistas urbanos como el inglés Banksy, el portugués Vihls (Alexandre Farto) y los hermanos brasileños Os Gemeos para inferir que próximamente el puertorriqueño Ancadez podría destacar en esta liga.
Poco a poco, el arte urbano, a pesar de sus humildes y callejeros orígenes, se ha ido posicionando como el gran movimiento artístico de la primera mitad del siglo veintiuno.
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