Luis A. Matos Sánchez Todas las cosas del universo pueden tener su encanto, especialmente cuando son pequeñas obras de arte hechas con mucho amor por la mano experta de un gran maestro. Por lo general, existe una correlación entre la obra y su creador, ya que todo lo creado contiene parte del espíritu de quien lo hizo. No es lo mismo una silla diseñada por un ebanista, con todo el mérito artesanal que esto pueda tener, que una silla diseñada por un gran arquitecto, como lo fue el caso de la "Silla Barcelona" diseñada en 1929 por el alemán Ludwig Mies van der Rohe. De la misma manera, no es igual una joya fabricada por un orfebre, que apega sus diseños a una tradición artesanal, que una joya fabricada por un escultor o artista, quien se entrega a la experimentación, dotando a cada pieza de un carácter único e irrepetible. Cuando observo una joya hecha en acero inoxidable por mi amigo,
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